martes, mayo 3

Supongo que esta mañana me desperté con miedo.

Aquí no hay luces de escena.



-Tengo que dejar de ver en punto-, sospechaste y juzgaste tu suerte tan particular. Maldijiste tu presente con ganas de abrazar el futuro y atesorar el pasado en cajitas de Pandora.
Pero esto también pasará, como los veranos más ansiados y los inviernos más taladrantes. Como esa adoración no correspondida que te llegó al alma, te dolió hasta el hueso, y un día sin más olvidaste y hoy desconfiás de su autenticidad. Pasará como ese otoño que te tapó de hojas secas y te encandiló con su dulce sonido para anticipar el invierno más frío de todos, que se fue del almanaque antes de lograr sorprenderte. Se va a ir como los mejores momentos, que ardieron en lo profundo de tu corazón, y como las desiluciones que hoy no son más que patrañas que ya no duelen. El tiempo mata las culpas y altera los más sinceros sentimientos. Descose las más estrechas ilaciones y teje los lazos que nos van a decorar el resto de nuestra vida. Hace historia el ahora y ahora lo lejano. Convierte el amor en odio y el odio en olvido. Lo suave en joven y lo joven en ajado. Arrebata lo que pensabamos tener seguro entre nuestras manos y acorralado contra el pecho. Perpetra imágenes en forma de cuadritos, que cuelgan de nuestra memoria adornando cada momento, y crea semblanzas perfectas en forma de libritos.
El tiempo es como ese viento que se llevó las más dulce palabras. Entonces esto también pasará, porque el viento se lleva todo.


Más allá de toda pena
siento que la vida es buena.

No hay comentarios:

Publicar un comentario