domingo, mayo 30

Los Exploradores.

Tres cronopios y un fama se asocian espeleológicamente para descubrir las fuentes subterráneas de un manantial. Llegados a la boca de la caverna, un cronopio desciende sostenido por los otros, llevando a la espalda un paquete con sus sandwiches preferidos (de queso). Los dos cronopios-cabrestante lo dejan bajar poco a poco, y el fama escribe en un gran cuaderno los detalles de la expedición. Pronto llega un primer mensaje del cronopio: furioso porque se han equivocado y le han puesto sandwiches de jamón. Agita la cuerda y exige que lo suban. Los cronopios-cabrestante se consultan afligidos, y el fama se yergue en toda su terrible estatura y dice: NO, con tal violencia que los cronopios sueltan la soga y acuden a calmarlo. Están en eso cuando llega otro mensaje, porque el cronopio ha caído justamente sobre las fuentes del manantial, y desde ahí comunica que todo va mal, entre injurias y lágrimas informa que los sandwiches son todos de jamón, que por más que mira y mira, entre los sandwiches de jamón no hay ni uno solo de queso.

J. Cortázar

sábado, mayo 15

Dejame sentarme aquí, a pensar tan solo en vos. ~

a mirar en tus ojos estrellas...


Creo que fue la luz de las diez de la mañana, la que me hizo acordar que le pongo una barrera a todo aquello que quiera ir más allá de lo tangible. Maldita osadía, la de intentar querer un ilusorio.
Eran de color miel grisáceo, los ojos en los que me perdí para imaginar que simplemente podía abrazar esa ilusión, e irme a otra galaxia. No me gustaría, tampoco, sonar como de película, pero el sol que se reflejaba en esa cara pensativa y animada, generó un cuadro casi de ficción, hasta angelical, de esos que parecen detener el tiempo, creando un marco perfecto para darme cuenta de cosas verdaderamente trascendentales. Aunque, sin duda, aquellas revelaciones repentinas puedan hacerme caer desde lo más alto sobre un almohadón poco piadoso. Por eso, darse cuenta que más allá de los límites inconscientes es preferible mantenerse al margen de ciertas cuestiones; amordasando las ganas de gritar una verdad lastimera con gusto hiel, puede desolar.
Pero con la paciencia de Penélope, perdiéndome una y otra vez en esa mirada tímida y en esos modales que parecen de caramelo, te voy a ir dejando atrás. Y con una consciente falta de perdón, voy a emparchar los agujeros que quedaron en esta razón, esfumando ternura, dolor y nostalgias.