miércoles, marzo 7

borneo

Creo que, de vez en cuando, está bueno desprenderse de conceptos, de esos ideales que creamos en nuestro mundo y que sostenemos a diario con la ilusión de que se hagan reales. El mío habla de profundidad, y culpo a Jeunet y a mi frondosa imaginación. Son simplemente, esas casualidades que se dan, y por confiar en el destino las unimos a la carne y a los motivos por los que queremos latir.
La busque, me busqué. En los hechos, en vos, en las idas y vueltas, en el tiempo y en el adentro. Y fue una vez más que no di con lo esperado de esas definiciones peculiares.
Pero gracias a lo hermoso, caí en la cuenta que conocí lo insondable en una mirada que me regalaste bajo el sol, en tus brazos y en el olor de tu piel, que cruzaron a lo más recóndito de mis sentidos. Fue gracias a esas enormes simplicidades que te tocan el corazón y llegan a lo más hondo del alma.