Como derrepente.

• Amelie tiene de repente la extraña sensación de estar en total armonía consigo misma, en ese instante todo es perfecto, la suavidad de la luz, el ligero perfume del aire, el pausado rumor de la ciudad. Inspira profundamente y la vida ahora le parece tan sencilla y transparente que un arrebato de amor, parecido a un deseo de ayudar a toda la humanidad la empapa de golpe.

Juegos en el aire.

Los minutos pasaban como atletas y el tiempo se iba, mañana va a estar arrepentida por eso. Pero es la única obligación que tiene y sus problemas son menores, si se lo propone lo va a lograr. Ella es inteligente, solo que es vaga, y su cabeza está todo el tiempo en la nubes... claro. Es que el aire no lastima, él se lleva todos los problemas, las dudas, los miedos , pensamientos, fracasos... te invita a soñar. A vivir sin pensar en nada más, solo en la brisa que recorre tu cuerpo. Es por eso que ella vive en las nubes, sin embargo su vida no se limita a crear fantasias, también tiene una vida con pensamietos reales de personas que viven con los pies en la tierra, esos pensamietos que vagan entre sueños e ilusiones. Por eso, limitate a volar, llegá a lo más alto y saltá, abrí tu alas a andá a vivir tu realidad. Ese es el único lugar donde tus ilusiones llegan a ser esperanzas y los sueños se hacen presentes ante dos ojos que buscan conteplar el infinito desde arriba.

No son amargas.

Se escapó de una carcel de amor
de un delirio de alcohol,
de mil noches en vela.
Se dejó el corazón en madrid
¡quién supiera reir!
Como llora Chavela.