sábado, abril 24

Mentiras amables, veneno paciente.

Nada de lo que supiste lucir.


Y simplemente deseaste que te destierren del mundo, por haberte convertido en lo que más odiás. Tu tan acomodada y segura cabeza no se enfrió, y pensaste bastante mal, quedando plantada en medio del más taladrante de los vacíos. Y de nuevo, te costaba desifrar esos códigos ilegibles que en un tropiezo, se juntaron con los tuyos; y te sentiste el paréntesis que nadie lee, de ese texto asperamente resaltado de un horrible amarillo chillón. Y en medio de ese desenredo, te calzaste el disfraz de Lucecita, encondiendote detrás de los hilos que te manejaban. Pero querida, los títeres no tienen vida, simplemente se dejan llevar. No consideran, ni proyectan, tan solo se ven obligados a ir hacia donde su titiritero los quiera arrastrar. Tampoco se revelan, ni sienten. Existen. Sin embargo, tu recreo terminó antes de lo esperado, y ese agudo y odioso timbre, te sentó de golpe, haciendote deplorable ante los ojos de todos. ¿No era que no te importaba lo que dijeran los demás?. Ya es hora que explotes esa fría burbuja y te des cuenta de algo: las perfecciones, son de novela, errar es humano y el flajelo, no sirve.



y pronto empezaste a ser un recuerdo
y nada de lo que me gusta extrañar.



jueves, abril 22

La luna es una daga manchada de alquitrán.

Vine a Praga a romper esta canción por motivos que no voy a explicarte,



Dos dedos en la llaga:-
Me llenaba de una dichosa frialdad que inundaba cada uno de mis sentidos con palabras que, sin duda, llegaban a sacar de quicio. Actitudes, comentario y edulcoradas frases, hacían un arte subrealista que se lograba acuarelando furor, confidencias e impotencia. No lo podía decir, funcionaría como
proyectil que impactaría en los oídos de todos, dejándome parada en una nulidad inverosímil.
Los motivos que no voy a explicarte se resumen en que vine, simplemente, a cerrar un breve y confuso capítulo. Quisiera cerrar las tapas de un libro con un final inesperado. Seguramente fue mi capacidad de hacer una historia maravillosa, hasta ilógicamente creíble, del simple aleteo de una mariposa. Pinté un panorama con todos los colores de
la paleta, que se mezclaron con un helado baldazo de agua, formando el más básico y vulgar de los marrones. Fue como si hubiera relatado la construcción del Taj Majal en papel, y en el desenlace decir que se prendió fuego. Pero sin dar muchas vueltas, los finales que escribo, son siempre los mismos. Con la intención de hacer un libro interesante, con relatos que cuenten historias fabulosas, caí en la tan odiosa monotonía, donde ni un desvarío se encuentra entre ausentes personajes.
Prometo que éste, es el último intento que hago por captar esa atención tan codiciada que pasa junto a mi, dejandome tan solo una brisa tenue y distante. Es el último intento que hago por forzar eso, que no se puede explicar. Es el último intento que hago por describir una patraña semejante, que termina pareciendo una leyenda. Es el último intento que hago por cumplir esa vaga ilusión que pesco de un simple momento, que en mi falta de reclamo, pareció algo verdaderamente importante. Hice un mar, de un puñadito de sal caído sobre la mesa.
'
En mis sueños compongo novelas enteras', ay Fedor, a veces me dejás sin palabras...
Y finalmente, destilando los excesos de ese chasco y ventilando recuerdos, voy a ir dejando atrás las quimeras que quedaron de aquel delirio que no debió haber pasado nunca.






Era una noche maravillosa...

"...Me recuerda a una de esas muchachas endebles y enfermizas a las que a veces se mira con lástima, a veces con una especie de afecto compasivo, y aveces sencillamente no se fija uno en ellas, pero de pronto, en un abrir y cerrar de ojos, sin que se sepa cómo, se convierten en beldades singulares y prodigiosas. Y uno, asombrado, cautivado, se pregunta sin más: ¿qué impulso ha hecho brillas con tal fuego esos ojos tristes y pensativos?, ¿qué impulso ha hecho volver esa sangre a esas mejillas pálidas y sumidas?, ¿qué ha regado de pasión los rasgos de ese tierno rostro?, ¿de qué palpita ese pecho?, ¿qué ha traído de súbito vida, vigor y belleza al rostro de la pobe muchacha?, ¿qué la ha hecho iluminarse con tal sonrisa, animarse con esa risa cargadora y chispeante? Mira uno en torno suyo buscando a alguien, sospenchando algo. Pero para ese momento y quizás al día siguiente encuentra uno la misma mirada vaga y pensativa de antes, el mismo rostro pálido, la misma humildad y timidez en los movimientos; y más aún: remordiemiento, rastros de cierta torva melancolía y aun irritación ante el momentáneo enardecimiento. Y le apena a uno que esa instantánea belleza se haya marchitado de manera tan rápida e irrevocable, que haya brillado tan engañosa e ineficazmente ante uno; le apena el que ni siquiera hubiese tiempo bastante para enamorarse del ella..."



Noches Blancas -

martes, abril 20

So it goes.




Life is a spell so exquisite, that everything conspires to break it.•


jueves, abril 8

En medio kilo entran cuatro limones.

y el mar es una especie en extinción
un barco a la deriva
una lágrima de ron


Fue en esa fría noche de julio en la que estalló aquella bomba rellena de sentimientos revueltos, con una pizca de rabia que acentuaba el gusto amargo de esa desilusión fortuita. Fue cuando se consumió del todo la mecha que construiste con sosiego y entereza, dejando una sensación de parcial vacío. Todavía escuchás dentro de tu cabeza, como un eco lejano, esos comentarios limpios de noción a los que no supiste responder con claridad. Maldita ceguera la que no te deja entender ni aceptar que las apariencias realmente engañan. Imagen que trazaste con satisfacción, y que tardó en borrarse lo que dura en esfumarse un charquito de agua dulce entre los dedos. Lo único que te faltaba para cerrar ese triste y bizarro capítulo era el aplauso final, donde por fin aceptarías que el tiempo mata todo, y que ahora le tocó morir a ese fabuloso esquema erróneo que te habías hecho con regocijante satisfacción. Sentías que tenías que buscar con cuentagotas ese cariño que te hizo sentir incrédula ante la vida misma. Desconfiaste hasta de tu conmoción. La resaca que dejó ese invierno no podía afectar todos los planos de tu vida, de todas formas, no te diste cuenta y creíste vivir el circulo vicioso de una etapa que jamás ibas a poder superar.
Y en el momento más inesperado notaste que en medio kilo entran cuatro limones, preguntándote 'por qué no cinco', y ahí te diste cuenta que las disparidades pueden ser peligrosas, y que es ese gusto amargo lo que los hace unirse y formar el cóctel perfecto.




Es un hogar para mi corazón.

martes, abril 6

No he sabido ir a favor del viento,

Aunque nunca me callo, guardo un par de secretos.


...y ahí fue cuando ya la única esperanza que te quedaba era jugarle a los dados tu suerte. No importaba ya lo que saliera, más abajo no podías llegar. Si antes pensabas que nadie llegaría a valorar la existencia de algo que pasaba tan desapercibido, ahora que se había convertido en una atracción efímera y libre de dignidad, no te quedaba más que resignarte a que la vida pase. Un año más, un año menos. La diferencia era mínima, pero para vos era algo terriblemente trágico. Un año, sinónimo de eternidad y millones de realidades atroces. Te aterraba volver, te veías caminando por una cuerda floja que amenazaba con lanzarte de vuelta al pasado. Pero tu perfecta vara para mantener aquel equilibrio al cual te habías amoldado y acostumbrado tanto, se fue acortando hasta dejarte al borde de la más temible de las peripecias. Jugaste con el fanambulismo de tu veracidad, con la certeza de que nada te podía bajar de aquel sencillo y elemental podio que lograste construir con retazos de imaginación, bordados a una realidad que lograste superar con mera comprensión propia. Una mezcla entre rabia y sofoco sentías cuando te diste cuenta que todo aquello que lograste construir lentamente, y todo lo que te faltaba, se vio derrumbado por un arrojo que nadie hubiera tomado con tanta seriedad e importancia. Esto, te recordó a aquel abandonado castillo de legos que trataste armar arduorosamente, y que ahora descansa empolvado y olvidado en un rincón sin muchos ruedos. Temiste que pasara lo mismo con todo lo que añorabas, por eso, evadiste cada piedra de aquel tramo que te costó pasar más que nunca, haciendo oídos sordos a cada glosa que lograba punzarte los oídos...
Pero tratá de darte cuenta que tropezón no es caída y que la vida no es más que un juego con el firme objetivo de burlar a la desgracia. Las reglas las ponés vos, pero jugalas con dados de optimismo, y sé feliz.


De par en par te abro las puertas que me cierras,
me cuentan que el olvido no te sienta tan mal,
la paz que has elegido es peor que mi guerra,