miércoles, agosto 31

Sólo un buen gesto.

Quise soñarte, y en un rincón de mis películas te vi de verde y con tus ganas de abrazar. Paseabas indistinto a lo real y me ignoraste una vez más.
Si las señales se guardan en todos lados, la vida que me dice que se me fue el tren y mis premoniciones que no te deje ir, pero mi empeño no va de tu mano y el destino parece estar trazado. Solo entiendo que el futuro es invisible en el presente, que el pasado no se borra y que en el error es inevitable el arrepentimiento y las ganas de volver atrás.

jueves, agosto 25

No quiero que me digas nada.

Como si tuvieras la capacidad de entrar en mi cabeza y manejar las palancas de mis antojos, o por lo menos la vaga intención de querer entender lo que desfila por las venas de un pedacito ajeno de tu piel. Si por lo menos tuvieras la pobre inteligencia y los deprimentes intentos de hacerme ver que estoy equivocada. Si por lo menos tus palabras fluyeran con altura y lograras tocarme las ideas...
Me hablás desde un imaginario podio de aire y ego, con la altura más deplorable y las citas más hediondas. Me señalás con un dedo mojado en tus ideas y te escudás en risueñas imágenes contruidas de falencias. Creés acariciar con falsas emociones, los tesoros que destrozaste con entera tirria, y tus discursos con capacidades repelentes logran esconderte y ponerte en el papel más abrazable.
No muy seguido hablo por hablar y no me baño de rencores, pero mis oidos no son ajenos a mis ojos y mis intentos no matan la impotencia. El mismo grado de realidad con distintas perspectivas, es todo lo que tenía que entender para no tratar de entenderte.

El mejor testigo se puede contradecir .

Fastidio y buena suerte

Hacete adicto a las sorpresas, porque en los momentos de contenida abstinencia llegan para empaparte de adrenalina, tocarte en alma, mezclarte las ideas, y así dibujarte un después.
Gracias, por regalarme espasmos de inesperadas alegrías, o tristezas.

Our life will never end.

Cuesta entender que podemos dejar de sentir,
es por eso que queremos ser eternos.
Por eso, y porque no podemos imaginar
el vacío que no conocemos.

La salsa abunda.

Le falta el brillo de sentirse algo más que dos minutos al azar. Le falta una sonrisa que de la certeza que sus brazos son cálidos y un aire de amor que revuelva su pelo y sus ideas de concreto. Le falta un instante que le haga abrir su pecho en el que encierra mil corazones de colores. Le falta ese destino del que tanto habla la gente.