borneo

Creo que, de vez en cuando, está bueno desprenderse de conceptos, de esos ideales que creamos en nuestro mundo y que sostenemos a diario con la ilusión de que se hagan reales. El mío habla de profundidad, y culpo a Jeunet y a mi frondosa imaginación. Son simplemente, esas casualidades que se dan, y por confiar en el destino las unimos a la carne y a los motivos por los que queremos latir.
La busque, me busqué. En los hechos, en vos, en las idas y vueltas, en el tiempo y en el adentro. Y fue una vez más que no di con lo esperado de esas definiciones peculiares.
Pero gracias a lo hermoso, caí en la cuenta que conocí lo insondable en una mirada que me regalaste bajo el sol, en tus brazos y en el olor de tu piel, que cruzaron a lo más recóndito de mis sentidos. Fue gracias a esas enormes simplicidades que te tocan el corazón y llegan a lo más hondo del alma.

No mueras, te amo tanto.

Ya no estemos tan tristes, que la vida no se termina en la puesta de sol, que los ojos no se apagan junto al falso resplandor, y porque las sonrisas son siempre nuevas.
Que el tiempo para atrás no mira jamás, vos pateá para adelante, hasta donde querés llegar. Estirá tus brazos y abrazá lo más hermoso que lo real te pudo dar; las posibilidades de poder, ahora solo te falta querer. -Te robé la frase más sincera que te escuché doler.-
Espero siempre plantarme en este cuerpo, no quiero lastimarte más, quiero abrazarme a la vida y a lo hermoso que es respirar.

veteranía

De fondo en fondo, de cielo en cielo, conocés el encanto y el odio, lo triste y lo feliz, lo imaginario y lo mundano. Y abrazás al destino con lágrimas en tus mejillas, imaginando que se escapan de tu manos, tus sueños más cálidos. Rogás, escéptica, que todo resurja, que lo inexplicable te sorprenda, y que lo imposible se te haga carne en la piel.
No quieras olvidar, queré superarte. No busques desaparecer, buscá resurgir de tus cenizas. Y no te escondas, salí a la vida pisando fuerte para frenar en temblor de tu ideas, que tambalea tu sonrisa y roba tu tiempo de alegrías.

de marionetas

Y jugando a la melancolía te volvés a perder entre imaginarios de porcelana, que estallan en mil porciones cuando rozan los hilos que atan tus codos, tu cuello y tus pies. Los que te suben y te bajan a su antojo por el plano imborrable del tiempo.

tocome

"No violencia es fuerza."