y voluntades que crees haber sitiado.
Con la mirada perdida en un solo punto, existe, creyendo que con palabras ordinarias daría vuelta un albedrío bruto, sincero e insobornable. Chocó con la gran pared del desengaño y se perdió en un mar de paja, para dar con la gema que se le transpapeló en un desprendimiento aventajado, y para tratar de zurcirla a un solapado saco de ideales. Va a reñir una y otra vez con un hilo libre, hasta notar que las réplicas de prototipos son utopías, y que no hay nada oculte las cicatrices de viejas quimeras desdeñadas.
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